El sábado nos organizábamos para varios rescates, entre ellos, el de Chelva. Natalia se había puesto en contacto con nosotros porque llevaba ya varios meses viendo a Diego por su pueblo y no conseguía cogerlo. Reunimos a nuestro equipo de rescatistas, preparamos el equipo, cargamos la jaula trampa y nos fuimos hasta esta localidad de Valencia. Una vez nos explicaron la zona por la cual se le veía pasear tan tranquilo, nos dividimos para tratar de visualizarlo mientras íbamos montando la jaula en la zona y aliñábamos en terreno con degustaciones para llevarlo hacia allí. Sí, esa es la parte más fácil... luego llega el momento de la espera... Y es que Diego, pese a caminar con tranquilidad por Chelva, se quedaba muy quieto en cuanto veía a alguien y tendía a acelerar el paso en dirección contraria a las personas. Como siempre, teníamos que ser sigilosos... te alejas, al margen, atento... esperando visualizarlo, caminar en dirección a la zona elegida... s...